sábado, 22 de marzo de 2008

... y con ellas llegó el escándalo

Hace muchos años, cuando yo era una niña chiquita, había una pareja, Sergio y Estíbaliz, que formaban un dúo musical y cantaban baladas de amor. Una de esas canciones contaba la triste historia de los amores y desamores de una mujer que perdía su juventud y en uno de sus versos decía: ” Y su piel que antaño fuera antes de lujo, en rebajas de Enero quedó”. Bueno, pues las inevitables, inigualables, las únicas, LAS REBAJAS ya están aquí, ya han llegado y con ellas, la primera controversia del año. A las chicas les encantan las rebajas, hasta tal punto, que todos los años el primer día oficial de éstas, se lo toman de vacaciones para poder ir de compras. Sin embargo, a mi no me gustan nada, me agobian, sobre todo el día que comienzan, aunque al final siempre acabo picando y alguna cosita cae, pero ni comparación con lo que arrasan las niñas. El viernes, cuando llegaron a nuestra cita semanal en el restaurante, media hora tarde, y cargadas de paquetes, venían agotadas pero felices de tanto revolver y rebuscar entre los montones de faldas, jerseys, pantalones, chaquetas, zapatos, bolsos... ¡Todos al 50%! Así que Gabi (como casi todos los hombres, detesta ir de compras y de rebajas ya...) con su habitual diligencia, y entre risas y guiños cómplices con la disidente del grupo, les trajo sus manhattan para que repusieran fuerzas ,y a mí otro, acompañado de una delicias de foie, para que pudiera sufrir con paciencia, sus avatares por el mundo rebajeril.Es de justicia reconocer que sus compras eran tan exquisitas, que no me pude resistir y al día siguiente me fui de rebajas. Y lo que es peor: me lo pasé genial y encima caí en la trampa de los “avances de temporada”. Una de las chicas se compró una chaqueta entallada, muy ejecutiva agresiva con un toque de mujer desvalida, en tonos violáceos y amarillos, ideal; cuando me enseñaron el abriguito corto de Carmela Rossó azul celeste y marfil, tan chic que parecía perteneciera a Audrey Hepburn, rápidamente supe quien había sucumbido, tampoco resultaba nada desdeñable el atrevidísimo y loco conjunto de superposición de jerseys en morado y blanco roto de Green Coat que habían adquirido junto con un cinturón elástico en negro, para marcar sensuales cinturas de avispa, de Chanel; pero lo mejor fueron los regalos para hacerse perdonar la espera e intentar captarme para su secta. Me trajeron unos guantes de ante negros semi-largos de Isotoner sencillamente perfectos, y unos pantys de fantasía, en verde, de Wolford, que pueden hacer perder el sentido y la cabeza al más sesudo intelectual. ¿Habrán conseguido las chicas con sus malas artes, abducirme para su partido de: vivan las rebajas?

Ricitos de oro

Mi mamá, cuando yo era chiquita, siempre me decía: “hija, a una verdadera dama se la conoce por los pies y por la cabeza. Puedes llevar un vestido modesto, no usar joyas, no ponerte ni un sólo complemento pero si tus zapatos están impecables y tu pelo bien arreglado siempre estarás perfecta”. Y yo, como toda buena hija que se precie, intento seguir el consejo de mi mamá, y desde hace años mi mejor amiga no es un diamante sino mi peluquera. El jueves por la tarde llamé a Esther para pedirle cita. Te espero mañana a las dos, me dijo. Esta vez iba a ser un cambio de look con corte incluido. No se lo creía, porque soy como Sansón. Mi personalidad está en mi melena, y cada vez que le toca perfilarla, necesita un millar de argumentos para convencerme de lo chic que me voy a ver tras uno de sus modernos cortes. El viernes, cuando llegué, mi peluquera me estaba esperando con la tijera en la mano y una sonrisa tranquilizadora. Sabe que para mí ese utensilio es casi peor que la aguja del médico. Respiré hondo, y empezamos. Me advirtió, más que nada para que me relajara, que me iba a hacer el corte: melena larga, muy capeada, con mucho movimiento y sin flequillo, peinada en bucles grandes y después desmelenada. El otro corte fashion de la temporada, una melenita lisa cortada en V, para mi es impensable, (demasiado corta). Están de moda también, las largas melenas, bien onduladas, bien lisas, pero siempre sexys, picantes y con volumen. Me encantan, aunque nunca para un rostro muy alargado y de cabello fino porque no favorecen; y la obligación del pelo es, además de ser sensual, enmarcar las facciones y realzarlas. Para quien quiera flequillo y tenga la cara redonda o la frente muy despejada, éste ha de ser recto y etéreo; ¡Ah! las extensiones, cada vez más largas.
El tono de pelo decidimos dejarlo igual, un rubio oro, que se sigue llevando mucho, aunque me contó que lo más in son los chocolates y los cobrizos. De cara a las fiestas, imprescindibles los semirecogidos, informales pero elegantes, lisos o rizados. Charlando, charlando, Esther terminó mi estilismo, y he de reconocer que como siempre, tenía razón. Mi pelo había ganado con el cambio.Cuando entré en el restaurante y oí a Gabi, supe que había acertado y las chicas me lo corroboraron, al saludarme con un: ¡Qué melena más divina te ha dejado Esther! Mientras tomábamos un manhattan les conté las tendencias de la temporada y tanto les gustaron, que en ese mismo momento las tres la llamaron y le pidieron cita para el sábado. ¿Eran buenos o no eran buenos los consejos de mi mamá?

Pasarela de moda

Chicas: ¡Ya estamos en Navidades! Hola. Con estas seis palabras saludé el viernes a mis amigas cuando llegué al restaurante de siempre para reunirme con ellas y hablar de nuestras cosas. A Gabi, que en ese momento nos traía los manhattan con una tapilla de taquitos de jamón de jabugo, casi se le cae la bandeja y las niñas me corrigieron, muy sensatamente, con un argumento irrefutable: Las fechas (muy en la realidad temporal ellas). Me dijeron: “¡No! Hoy es 23 de Noviembre no de Diciembre. Queda un mes para las Navidades”. Así que ante tanta racionalidad me vi obligada, mientras cenábamos, a explicarles mi teoría sobre el inicio de las fiestas. Gabi, entre plato y plato, conseguía escaparse hasta nuestra mesa para seguir mi tesis.
Oficialmente las Navidades comienzan el veintidós de Diciembre con el atractivo calvo de la tele repartiendo suerte envuelta en gotas de nieve, unos días antes y oficiosamente, los publicistas nos acribillan con los turrones, las burbujas doradas del cava y los últimos juguetes. Para esas fechas ya tenemos a toda Huelva envuelta en guirnaldas de luces, serpentinas de colores, villancicos callejeros y un gran árbol navideño, pero las fiestas han comenzado tiempo ha. Su inicio efectivo lo determinan los elegantes y mágicos anuncios del regalo más chic de la Navidad: Los perfumes; y ya hace mucho que olemos la esencia de Pascua. Después de mi enfática perorata tanto Gabi como las chicas no tuvieron más remedio que rendirse ante la evidencia y aceptar que ya estamos en Navidades y por tanto es tiempo de colonias, perfumes y esencias.Chanel número 5 un año más nos invita a convertirnos en sensuales Marilyn disfrazadas de Caperucita; Ninna nos ofrece la hechicera manzana de la tentación firmada por Ricci, mientras Sarah Jessica Parker roba, embrujada por Covet, en un acto de refinadísima desesperación. Nos dejaremos envolver por el Aire sutil de Loewe y de la mano de Yvest Saint Laurent volaremos hacia el lujo y el romanticismo de París. Nuevamente, el exotismo oriental de Opium nos conquista; jugaremos peligrosamente con el inquietante veneno de Poisson para conseguir una romántica cena a la luz de las velas con el embriagador Rose Esentielle de Bulgari y terminaremos la noche con la pasión de Amor, Amor de Cacharel; para relajarnos tras tanto ajetreo nada como un fresco baño de Eau de Rosas de Rochas. El paseo matutino con el olor a lluvia mojada de Agua de Rocío de Victorio y Lucchino es reconfortante y no me puedo imaginar nada más sugestivo que una tarde buscando el tesoro oculto, impregnada por el dulce Tresor de Lancome. Cada mujer un perfume, cada perfume un mundo, cada mundo una mujer pero... ¿Alguien sabe cuántas mujeres caben en cada una de nosotras?

Noche mágica

Mis queridísimos Reyes Magos:
¿Qué tal ha ido el año? Supongo que habréis tenido tiempo suficiente a lo largo de 2007 para poder descansar y volver a visitarme la noche del cinco de Enero. Yo, como siempre, y para no romper con la tradición, os escribo la víspera de Reyes. ¡Menos mal que sois mágicos! Si no ya me habría quedado sin regalos en más de una ocasión.
Esta es la única carta que escribo en todo el año. Ya sé que os habéis modernizado mucho y que ahora se puede contactar con vosotros por teléfono, mediante sms y hasta por internet, pero a mí me gusta más seguir escribiendo artesanalmente, como cuando era niña. Tengo que confesaros que he sido un poco traviesa, pero en líneas generales creo que me he portado bastante bien y para demostraros empíricamente esta afirmación, esta vez os voy a facilitar mucho el trabajo, todos los regalos que os voy a pedir se circunscriben al mundo de la moda.
Melchor, para mamá quiero el perfume de Paco Rabanne Ultraviolet que es vibrante y aterciopelado y va mucho con su personalidad. A papá tráele un jersey de cuello vuelto morado (volverá a pensar que no tengo remedio y que creo que tiene 40 años) muy british, de Ralph Lauren, la talla es la de siempre; y a mi sobrino un jersey de rayas naranja de Agatha Ruiz de la Prada, divertidísimo, que vi el otro día, pero acuérdate que está muy grande.
Gaspar, mi regalo especial, para tú ya sabes quién, va a ser una americana vanguardista en tonos arena en la que destacan los botones y que es esencial para ser un chico chic esta temporada; A Gabi tráele el cinturón de piel grabada marrón con la hebilla emblemática de la casa, en metal plateado, de Dolce y Gabbana, se lo merece, nadie prepara el manhattan como él; y a mí, las chicas las reservo para Baltasar, por favor, tráeme unos manolos, a ser posible sus Stilettos negros, los únicos, los auténticos.
Baltasar, las chicas en esta ocasión son tuyas y quieren: un glamouroso vestido “rojo Valentino”, de su última colección, con mangas inspiradas en los helados italianos; un camisón de seda rosa de La Perla, con un pronunciado escote de encaje que es romántico, femenino y sensual, y un abriguito gris de corte bolero, con grandes botones y muy fashion, de Prada.
Este año no os voy a dejar ni copita ni turrones, por mi parte intentaré que no os empachéis, pero sí agua para los camellos. Junto al niño os dejo tres paquetes, son vuestros regalos. No los abráis hasta que lleguéis a casa. ¡Ah! Y tened cuidado con la carretera. Os quiero mucho, besos y hasta el año que viene.

Ladrón de guante blanco

La otra noche, mientras tomábamos unos manhattan y Gabi encargaba nuestra cena les pregunté a las chicas cual pensaban ellas que era la prenda femenina que resultaba más sexy para un hombre. Una dijo rápidamente que las medias, otra que los tacones, la tercera que la ropa íntima, mi respuesta fue: Gilda. Ante su asombro, llamé a Gabi y le hice la misma pregunta, sin pensarlo un instante respondió: Los guantes; es decir, Gilda. Ella, en esa escena de la película, poco a poco, al ritmo de la música, con un grado de erotismo casi sofocante, enseñó al mundo entero como había que quitarse esos largos guantes, negro azabache, para que ellos se rindiesen a sus encantos. Esta temporada se han convertido en la prenda chic por excelencia. Son un detalle de finura y además son aristocráticos, sino que se lo pregunten a Tutankamón que se hizo enterrar con ellos o a Josefina que era adicta, pero sobre todo a sus diseñadoras y su primera modelo, las Tres Gracias y Afrodita, respectivamente. Con estos antecedentes, ¡Cómo no van a ser los guantes una delicia para cualquier mujer sensata!. Y para mí, la primera. Las chicas, aunque abiertamente no lo digan, se apuntan también a ellos. Son como los hombres, uno para cada ocasión. Así las manoplas doradas de Cause, un clásico de nuestra infancia en versión elegante para las noches invernales o los de estilo smoking de Yves Saint Laurent, tan andróginos y provocativos, qué decir de los Christian Lacroix que forman arabescos barrocos a través de sus perlas, enriqueciendo cualquier indumentaria, sin olvidar la modernidad de Alberta Feretti, cuyas tachuelas plateadas dibujan motivos geométricos; tienen un estilo muy vanguardista los guantes de Nina Djokeli y peligrosamente felinos los de Oliver Fabré. El toque fashion lo pone Dior con su mezcla de colores, y en el top, el ciruela. Para el abrigo fondo de armario son imprescindibles los guantes camel de Hermés, que se funden en un cálido look de degradados colores otoñales y nos hacen parecer dulces angelitos (lo cual está muy bien). El aire de sofisticación nos lo da Missoni con sus puños de piel de zorro. La pareja ideal de nuestras mangas al estilo francés, lo más in de la temporada, es el guante medium, en ante o charol negro; seductor, picante y atrevido.La noche es del mitón. Con lazos, con strass, con nudos de satén o con botones. No importa, y si además llevan la firma de Fiffí Chachnil, Trading o Diesel el refinamiento y la sensualidad están asegurados, pero para deslumbrar y que nunca te olviden hay que acudir a karl Lagerfield y atreverse con su mitón plateado o azul eléctrico. Sencillamente impresionante. Manos blancas nunca ofenden ¿Las de Gilda tampoco?

Cumpleaños feliz

Los meses de Diciembre y Enero son realmente duros; que si las fiestas, que si las rebajas.... Bueno, pues por si eso no fuese suficiente, una de las chicas tuvo la genial idea de nacer el 26 de Diciembre y otra de cumplir años el 17 de Enero. Así que después de hablar con Papá Noel, escribir a los Reyes e ir de rebajas, mi amiga no cumpleañera y yo, esta semana hemos tenido que buscar el regalo adecuado para las chicas.
Una vez que decidimos cuál era el objeto del deseo, por unanimidad resolvimos que el obsequio perfecto, ya que no podíamos traer a Georges Clooney para que les cantase el happy birthday, eran: cinturones, echamos a suertes a quien le tocaba ir de compras, y cómo no, la china me cayó a mí. De modo que el viernes por la tarde, muy arregladita yo, para ir de celebración doble, me puse a trabajar, y tras cuatro interminables horas de tiendas, conseguí los preciados tesoros. La elección fue complicada porque esta temporada los cinturones son el no va más, y para ser una chica fashion se necesita uno grande, ancho, marcando cintura, con enormes hebillas y, fundamental: a ser posible acharolado.
Opté por un Roberto Cavalli extragrande en negro y dorado, una combinación muy glamourosa, gracias a la cual mi amiga pondrá en cualquier atuendo su toque de clase personal, y para ello tuve que desechar el Animal Print. Un diseño de leopardo en cuero estampado, muy llamativo, en el que el golpe lo da la hebilla que simula una serpiente enroscada.
Cuando vi el Versace en piel rosa escamada, con su hebilla metálica entrelazando el logotipo de la casa, cuajado de cristales de Swaroski, supe que mi búsqueda había llegado a su fin. Entre medias rechacé un Fendi de charol y bronce que por su hebilla era casi letal; un Miu Miu de charol blanco con pasador cuadrado muy chic; un clásico de Dolce y Gabbana en piel grabada marrón con el logotipo en plata; un Chanel gris de aire retro con el sello inequívoco de la casa y el cinturón fajín de triple cierre hiperfemenino, que marca la cintura como un corsé de Balenciaga. Cuando ya me dirigía hacia la fiesta, lo vi: un Gucci de cadena en piel de cocodrilo en relieve azul eléctrico con las iniciales doradas en redondo que inmediatamente incorporé a mi armario.
Cuando llegué las festejadas no habían comparecido aún por lo que Gabi pudo esconder los paquetes para dárselos a los postres con la tarta que habíamos encargado, con tantas velas como sumaban los años de las dos. Mientras brindábamos con un manhattan se me ocurrió, ¿serían los cinturones un intento de contener las ansias de libertad de la mujer?

Cara de ángel

Cuando tienes una cita importante y se te rompe una uña, piensas que ya no te puede ocurrir nada peor, pues estás equivocada. Sí. Hay algo todavía más trágico y que si no consigues ocultar, puede arruinar completamente tu velada y quien sabe si hasta tu vida futura, y es que te salga una simpática espinilla en tu lindo rostro; pues justamente eso es lo que le ocurrió a una de las chicas el viernes.
La estábamos esperando tomando un manhattan y comentando como nos había ido la semana, extrañadas de su retraso, porque ella es muy puntual, cuando Gabi se acercó a decirnos que la había visto doblar la esquina y que traía una cara muy compungida. A los pocos instantes, entró, se sentó y nos dijo que iba a deshacer su cita del sábado porque el infortunio se había cebado en su cara y con dedo acusador nos mostró un horroroso grano rojo en mitad de su barbilla. Nos miramos entre nosotras y después de que Gabi le trajese un manhattan, una de las chicas le dijo: No te preocupes que ahora te solucionamos este drama, o es que no sabes que existen unos productos mágicos llamados cosmética que nos resuelven todos los problemas. Así que una vez que la niña vio un rayo de esperanza pasamos a contarle las últimas tendencias de maquillaje para que entre todas ellas eligiese con cual iba a omnubilar a su probable nuevo chico. Si quiere dar una imagen angelical el maquillaje más apropiado es el de Chanel: base beige y colorete albaricoque con sensación de total transparencia, si prefiere un aspecto más romántico, sin duda alguna Dior. Una base natural y glamourosa con pómulos piel de melocotón. Imprescindibles las perlas nacaradas de Sothys para crear un velo de luz sobre el rostro. La máscara de pestañas, negra y de Clinique, para dar volumen a la mirada; el Eye-liner antracita de Sisheido, da un toque de felina sofisticación a los ojos, mientras el Khol malva de Helena Rubinstein, convierte la mirada en magnética. El toque final de ojos quedaría perfecto, bien con una pizca del dúo luz y sombra en azul y gris de Yves Saint Laurent, bien con un mágico Givenchy en rosa y ocre, conteniendo un punto de bronce, cobre o dorado para un look centelleante. Yo resaltaría los labios o con un rojo Kiss Kiss de Guerlain, chic y elegante o con un rojo cereza muy de estrella cinematográfica años 30, de Armani, y siempre el toque de gloss extrabrillante, carnoso, voluptuoso y sensual de Clarins. Sin olvidar, por supuesto, nuestro secreto mejor guardado, el corrector y el antiojeras. ¡Ah! las uñas, de gata, y siempre a juego con los labios. ¿Ganaremos la guerra a la espinilla?

martes, 18 de marzo de 2008

El Padrecito

Mirando el calendario para ver cuando cae este año la Semana Santa, me di cuenta, con horror, de que el día del Padre era ya, así que recogí mis papeles, y a la hora de comer hice una escapada para comprarle a papá su regalo, como toda buena hija. La verdad que es una lata porque el cumple de papi y su día institucionalizado, son vecinos, con lo cual, nunca sé que regalarle.
Iba pensando en esto cuando al pasar por delante de mi perfumería favorita, instintivamente miré hacia adentro, y allí, rebuscando entre los estantes de colonias y perfumes estaba una de las chicas. Entré, me acerqué sigilosamente a ella y en voz muy suave le dije: No, no. Todavía no has dado con el adecuado. Estaba tan enfrascada en el mundo de los olores que al oír mi voz casi se le cae la botellita que tenía entre las manos. Las dos habíamos tenido la misma ocurrencia así que pensamos que sería más divertido comprar juntas el perfume para nuestros padres. Como teníamos poco tiempo, había que volver al trabajo, no nos pudimos demorar mucho y después de pedir consejo a la dependienta y oler varias colonias nos decantamos por dos clásicos (con los papás no se experimenta, para eso ya tenemos la gaseosa), mi amiga por las notas cálidas y refinadas de Loewe y yo por la fragancia profunda y personal de Habit Rouge de Guerlain.
Cuando esa noche llegué al restaurante, llevaba en el bolso unas muestras del último perfume de Tom Ford for men que es atrevido, provocativo e irresistible y cuando Gabi nos trajo los manhattan, se las regalé, le hicieron mucha ilusión porque había oído hablar de él pero todavía no había podido probarlo. Las chicas que aún no sabían que regalar a sus padres, al ver las cajitas resolvieron su problema, ¡Cómo no se les había ocurrido! Estaba clarísimo: perfume. Y de esta forma comenzamos un debate sobre cuál era el más apropiado para cada padre.
The One de Dolce y Gabbana con su aroma oriental y un poco picante es muy moderna pero resulta más conveniente para un ligue. Kouros de Yves Saint Laurent es una esencia romántica que debería regalar mami a papi. Una buena elección es Boss Pure de Hugo Boss, ideal para caracteres enérgicos aunque muy fresquita. Al final las chicas se decidieron por valores seguros. Una se inclinó por Eternity for men de Calvin Klein, sensible y refinada, su padre tiene alma de poeta y la otra optó por la siempre elegante y sofisticada Emporio Armani de Giorgio Armani... Al día siguiente después de comprarlas nos tomamos el aperitivo a su salud. ¿Dejarán las colonias en ellos la misma huella que dejan nuestros padres en nosotras?