miércoles, 1 de octubre de 2008

El mago de Oz

Parezco una azafata de vuelo, ya casi, casi formo parte de la tripulación de IBERIA. Es más, creo que en breve me van a contratar, porque últimamente vivo en el aire, bueno, no es que acostumbre a hacerlo mucho en tierra pero tan en las nubes, tampoco. El miércoles tuve que volver a subirme al avión porque se celebraba en Madrid el Salón Internacional del calzado y, claro, con un enorme sacrificio por mi parte y arropada por las protestas de apoyo de las chicas ante tanto sacrificio laboral, he preparado mi maletita y me he ido.
Son las cuatro de la madrugada. Acabo de regresar de la cena con mis amigas y todavía tengo trabajo. ¡Para que luego Manolo me diga, que con lo bien que vivo no deberían de pagarme por trabajar! y todo porque se ha mosqueado cuando le he dicho que teníamos que aplazar nuestra conversación hasta el próximo viernes dado que traía novedades que las chicas estaban esperando ansiosamente y cuya primicia les debía si quería conservar mi vida. No obstante, para ser justa he de reconocer, que a pesar de su enfado Manolo nos ha tratado como reinas y al menos a mí, hoy, el manhattan me ha sabido como nunca.
Dorothy ha cumplido 70 años y mi sueño se ha hecho realidad. Me siento un poco Dorothy caminando por las baldosas amarillas que la bruja buena del norte le indicó, pero con zapatos de Manolo Blahnik, Louboutin o los rojos llenos de cristales y un lazo de tul de Betsey Johnson. Los colores de la temporada son los fucsias, turquesas, cremas…, los materiales, exóticos, los tacones de vértigo o planos y el estilo, español, destacando los motivos flamencos: el rojo y los lunares. Los zapatos de fiesta de Baltarini en charol negro o con brillantes son puro glamour y elegancia; Gino Vaello juega con los taconazos y la combinación en tonos dorados y plateados de sexys tiras finas y gruesas que estilizan la pierna; las sandalias de Jaime Mascaró son muy sensuales con plataformas de exótica pitón; los pies sensibles estarán vestidos por las clásicas manoletinas o las sandalias planas siempre cómodas y funcionales de Ballester y para enfrentarnos con los leones del anfiteatro contemporáneo, imprescindibles las sandalias romanas enroscadas a lo largo de la pierna. El look más agresivo es el rockero, con tacones metalizados y cremallera años 70, de Dorotea, el más revolucionario el de Coclico a base de zapatos muy abotinados en tonos oscuros con zonas sutilmente destapadas y el más chic el de Paco Gil con sus zapatos peep toe y sus sandalias de charol no aptas para mujeres que padecen de vértigo pero imprescindibles para estar perfecta en cualquier compromiso social ¿Podré como Dorothy, encontrar el camino a casa?
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