domingo, 9 de noviembre de 2008

La lengua de las mariposas

Sois como mariposas: hermosas y coloristas. Dicho así suena a gloria, es un piropo casi perfecto, pero conociendo a Manolo, detrás de sus irónicas palabras tenía que haber una segunda intención. Sabíamos que si le preguntábamos directamente qué ocurría no nos lo iba a decir, así que optamos por hacernos las tontas y tras agradecerle el cumplido, continuamos con nuestra conversación sin prestarle atención. A los pocos minutos, con la excusa de traernos unos manhattan volvió a acercarse dispuesto a contarnos qué le había pasado. Otra vez ha roto con su novia y está ejerciendo de picaflor, pero una de las flores que ha cortado del jardín de las solteras, que por la noche era una princesa, a la luz del día y sin maquillaje, resultó ser una ranita, y el pobre se sintió estafado. Yo le dije que así era como nosotras nos sentíamos habitualmente por su falsa actitud de modernidad, pues en el fondo seguían siendo auténticos cavernícolas, y una de las chicas añadió que no entendía su queja porque ellos eran los que nos habían obligado con sus actitudes y comentarios a agudizar nuestro ingenio inventando las armas de camuflaje que les llevaban a caer en nuestras redes creyéndose los conquistadores. Pero en el fondo su congoja nos dio pena y le contamos algunos trucos.
El primer paso es unificar, rehidratar, reafirmar y tonificar con Total Effects 7 de Olay. A continuación borramos los signos de fatiga e iluminamos el rostro con Top Secret de Yves Saint Laurent. El maquillaje, muy ligero, que parezca que no vamos maquilladas y que la luminosidad de nuestra piel es autóctona, para conseguir esta sensación óptica lo ideal es la prebase de maquillaje Magic Primer de Helena Rubinstein y para matizarla los polvos compactos de Clinique. Los labios bien definidos por Estée Lauder van desde su rojo pasión de vampiresa o los tonos vino con un toque de secretismo nocturno a los dulces e ingenuos corales del día y su supernatural y fresco gloss mañanero. Nuestras mejillas han de parecer un apetitoso y jugoso melocotón maduro al que den ganas de morder y este efecto lo conseguimos con el rubor en tono durazno de Lancome. La estrella de la temporada son los ojos, bien en tendencia índigo con sombras azules, moradas o grises de Dior, que nos recuerda el Soul de los 60, bien en un glamouroso maquillaje smoky con los colores otoñales: bronce, dorados y cobres de Givenchy o bien el look natural y desenfadado pero tremendamente elaborado de los cafés, beige o rosas de Bobbi Brown. La profundidad y la definición de la mirada nos la aportan el delineador líquido negro de Max Factor y el rimel negro Icone de Dior. ¿La transformación del gusano de seda en mariposa?