domingo, 1 de febrero de 2009

París-Tombuctú

He tenido una semana perfecta. Todo comenzó el lunes cuando al llegar al despacho sonó el teléfono interno. Era el dire para decirme que me iba a la semana de la moda de París. No me lo podía creer ¡Por fin! Lo primero que pensé fue en llamar a las chicas para contárselo, pero cuando me disponía a marcar su móvil, tuve una brillante idea, sorprenderlas con tres pasajes para la Ciudad de la Luz.. Llamé a Manolo, le conté mis planes y reservé mesa para esa noche. A continuación les envié a las chicas un sms que decía, os espero a las nueve donde siempre. Es urgente. Besos. Tenía tantas ganas de ver su reacción cuando les entregara los boletos que el tiempo hasta nuestra cita me resultó eterno.
Cuando llegué estaban esperándome expectantes. Manolo nos sirvió unos manhattan y para darle más misterio al asunto con tono serio y la mirada perdida les dijo: Invitación de la casa. Espero que todo vaya bien pero si no, aquí estaré. La estupefacción se reflejaba en sus rostros. No entendían nada, y a los postres decidí desvelarles mi enigmático mensaje entregándole a cada una un sobre pero siguieron sin entender nada, así que tuve que explicárselo con palabras. No me comieron a besos de milagro y el miércoles por la noche nos fuimos volando a París.
El desfile fue espectacular: lujo, opulencia y suntuosidad para paliar la crisis en 2009. Las faldas tubo de Arman inspiradas en el lejano Oriente son hiperfemeninas, los diseños de Jhon Galiano para Dior con cinturas encorsetadas, llenos de plisados y volados con una paleta que tiene la impronta de la escuela flamenca eran deslumbrantes. El kaiser presentó una colección toda blanca con algún toque negro y predominio absoluto de la silueta femenina que era sencillamente sublime, el toque personal lo ponían los apliques de rosas y camelias, la flor favorita de Coco Channel. La explosión de color llegó de la mano de Christian Lacroix y la melancolía y la seducción se presentaron a través de los vestidos de sirena o mini mini, llenos de curvas, con hombros exagerados o asimétricos, en colores lavados como el lila, el perla, el arena o el manteca, de Givenchy. Se hizo notar la presencia española a través de los pantalones ajustados de talle alto, las toreras y los volados superpuestos y con transparencias de Jean Paul Gaultier. No podían faltar ni el romanticismo ni lo retro y su paladín fue Elie Saab con sus delicados vestidos vaporosos (inspirados en los quimonos japoneses) de colores empolvados: carne, verde, turquesa, rosa, celeste muy suave…Cerró la semana de la moda Valentino desbordando elegancia con plisados y volados intercalados en tonos subidos: rojos, turquesas, azules y algo de crudo y blanco. París ¿bien vale un desfile?