lunes, 16 de marzo de 2009

Los chicos del coro

Me dejó un sabor amargo, que he estado rumiando toda la semana, el mosqueo de Manolo. Su disgusto por no haberle puesto al día sobre Madrid Fashion Week me ha pesado como una losa y me ha creado muy mala conciencia. Tanto, que el viernes, llegué dispuesta a resarcirle dedicándole la noche, pero las chicas tenían otros planes. San José está llamando a la puerta y teníamos que decidir el regalo de nuestros ancianos y viejos papis, así que por un momento vi. mis planes trastocados y pensé aterrorizada que tendría que pasar otra semana hasta que pudiera deshacerme de mi Pepito Grillo. ¡No! Eso era imposible. No podía soportar los remordimientos por más tiempo, así se lo dije a las chicas que me sugirieron aunar ambos intereses. Era genial. ¡Estaba salvada! Ya sólo quedaba encontrar el medio de hacerlo. Llamé a Manolo, le pedí cuatro manhattan y como quien no quiere la cosa le pregunté, si ya sabía qué le iba a regalar a su padre. Me miró con horror mientras me decía que no tenía ni idea, pero lo peor es que se le había olvidado la fiesta. Le tranquilicé con un gesto, a la vez que le aseguraba que al final de la noche tendría el regalo de papá y él sería seis Manolos diferentes.
Para un sugerente look urbano mañanero es imprescindible una cazadora ceñida, en cuero negro de Loewe, unos chinos ajustados y desteñidos de Gucci, una camiseta negra y gris de Prada y unos Tod’s a juego. En la tarde urbanita lo más in son los pantalones largos, ancho XXL, en color manteca de Cavalli, enfatizando el talle con uno de los clásicos cinturones de Hermés, una sensual camiseta de Armani, en tonos azules, a medio cuerpo, que le permita lucir al pobre, las horas de gimnasio y unas sandalias de cuero de Jill Sanders. Un delicioso paseo por la playa bien merece unas atrevidas bermudas de Antonio Miró de color verde, combinadas con un polo de Fred Perry, muy british, unas llamativas zapatillas de Custo Barcelona estampadas a juego con el polo o las bermudas y una americana rosa futurista y postmoderna de David Delfín. El fondo de armario requiere unos Levi’s rectos, un renovado Lacoste en rojo rayado y un divertido fular de vivos colores de Etro. Manolo tiene un acto social ineludible. Abre su armario y ahí está el elegantísimo traje blanco de Tommy Hilfiger, con su camisa de rayas azules de D&C, su corbata Slim de Dior y sus zapatos chocolate de Barrats. Todo glamour. Llegó la hora bruja y con ella el Martini Style de la mano de Moschino y sus americanas con microestampados años 60, para conquistadores del siglo XXI ¿Cuántas veces habrá soñado con ser el chico Martini?