miércoles, 7 de mayo de 2008

Primera comunión

Abrí el buzón como cada mañana para recoger el correo, lo de siempre: facturas, cartas de bancos, propaganda y allí, en medio, estaba él. Provocador, desafiante con su blanco nacarado y su inconfundible letra menuda y redondita. No, no podía ser, era imposible, aunque si me paro a pensarlo ya habían pasado dos años, eso significaba que mis peores temores se hacían realidad. Decidí guardar el sobre en mi bolso de Loewe y olvidarme de él hasta la noche. Saqué el coche del garaje y me fui a trabajar.
A las nueve, como de costumbre, había quedado con las chicas y llegué, sin saber por qué, con cierta desazón a su encuentro. Mientras charlábamos de cómo nos había ido la semana, me sonó el móvil y al abrir el bolso, lo vi. Allí estaba el sobre fatídico. Me había olvidado completamente de él. Lo saqué y lo coloqué sobre la mesa sin atreverme a abrirlo. Cuando mis amigas lo vieron, una de ellas comentó que era inútil que siguiéramos obviando el tema. Las tres habían recibido uno igual esa misma mañana. Me resigné y antes de abrirlo le pedí a Gabi unos manhattan, un par de sorbos después, rasgué el sobre. No me había equivocado, era la invitación a la Primera Comunión de la hija de una amigo al que sólo vemos en ocasiones especiales (su mujer no nos quiere demasiado). La última, hacía dos años, cuando comulgó su hijo. Chicas, es genial, el sábado 17 de Mayo estamos invitadas a un estupendo restaurante, estrenaremos unos fabulosos trajes y resolveremos el acertijo que voy a proponeros, el tipo de traje que elegirá la protagonista.
Las comuniones se han convertido en bodas en miniatura pero bodas elegantes, por lo tanto, si se quiere ser fashion hay que optar por la más absoluta sencillez, y a mi no me cabe duda de que nuestro amigo así lo hará, para lo cual, seguro que el vestido de su hija es clásico con un toque de modernidad, es decir, de organdí, con manga abullonada, jaretas, cuello bebé, falda amplia y lazada en la cintura, sus merceditas blancas, su limosnera con recordatorios y unas flores en la cabeza. Dudo mucho que esta pareja elija para su hija uno de esos vestidos de novia- niña, con faldas evasé o plisadas, cuerpos bordado o con incrustaciones de Swarosky, y sin mangas o con tirantes adornados con lazos. A veces, son escotados, es más, semitransparentes. Incluso se complementan con guantes tipo Gilda y coronas de flores en la cabeza. La última opción, que descarto completamente (la madre de la niña tiene gusto, lo demostró en la elección de marido) son los vestidos tipo Sissi con can can, velo, florituras y hasta drapeados. ¿Qué tendremos niña, novia o princesa?

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