lunes, 27 de julio de 2009

Un americano en París

Tengo colgado en mi despacho un calendario y cada mañana, lo primero que hago es tachar el día. Ya tengo 194 cruces, sólo me quedan por marcar 13, y seré libre durante 31 maravillosos días, pero como no todo podía ser felicidad, había una pequeñísima nube que empañaba mi dicha, todavía no sabía qué iba hacer con mis vacaciones. Bueno, pensé, esta tarde seguro que las chicas me ayudan a escoger destino, y así fue. Curiosamente ellas tenían la misma preocupación que yo y las cuatro llegamos cargadas al restaurante con un montón de folletos de viajes. Gabi, después de ver llegar a la última de mis amigas, no se pudo reprimir y cuando se acercó a nuestra mesa con los manhattan, nos preguntó con mucha sorna que si pensábamos montar una agencia de viajes. Ninguna le contestamos. Son ya muchos años y sabe que siempre se repite la historia. Somos chicas de last time. Acordamos decidir primero el destino común pero sin darnos cuenta, lo que hicimos fue elegir cada una sus vacaciones: Jordania, Isla Mauricio, Canadá y Tanzania, pero nuestro viaje se nos resistía, cuando entraron dos señoras comentando que ya habían visto en una revista las tendencias para 2009/2010. Claro, dije acaba de celebrarse la semana de la moda de París, y entonces me di cuenta. París. Ese era nuestro destino. La ciudad perfecta: belleza, cultura, romance y compras. Con suerte algún adelanto del invierno podremos traernos.
París fashion week sigue siendo la catedral de la moda. Milán, Nueva York, Madrid son los grandes, pero París es la reina, la alta costura. Sinónimo de clase, elegancia, estilo y dinero. De Valentino a Chanel pasando por Saint Laurent, Dior, Givenchy, Lacroix, Gaultier, Armani Privé, Elie Saab, Hermés, Prada... Los gurús de la moda, qué mujer no ha soñado alguna vez con lucir un modelo de alta costura diseñado por cualquiera de ellos, no un complemento, un perfume o un maquillaje. No. Eso es fácil de tener. Un traje y si es de noche aún mejor, pero ese sueño sólo está al alcance de unas pocas y precisamente ahí radica su encanto, en que gracias a que sabemos que es una quimera, podemos seguir soñando un día y otro y otro, sin miedo a que la realidad nos despierte de un sopapo. Aunque este invierno tampoco estén físicamente en nuestros armarios si lo estarán a través de sus colecciones de pret a porter o de las de sus discípulos en los ali-in-one o en los jumpsuit que luciremos, en los estampados animales, en todas las tonalidades del blanco, en los negros, nude o azul carbón que nos invadirán, en los encajes y las lentejuelas o en las prendas superpuestas y de grandes volúmenes ¿Se hará realidad el sueño este verano?

No hay comentarios: