Conté hasta tres, respiré hondo y desconecté el móvil. Estaba a punto de estrellarlo contra el suelo cuando me quedé paralizada. Solté el teléfono sobre la mesa, dejé que sonara hasta el agotamiento y entonces lo apagué. En ese momento sentí un alivio tremendo. Eran las ocho de la tarde del viernes y durante las últimas veinte horas el móvil no había dejado de sonar. Mis nervios estaban deshechos. En cada llamada se repetía una y otra vez: la misma pregunta: has visto la foto, y la misma respuesta: sí. Es impresentable. Todo, todo, se puede perdonar en la vida, excepto la falta de clase, y nada hay más vulgar que no saber vestirse adecuadamente. No podía más, así que antes de salir, me dispuse a relajarme en el jacuzzi. Imposible. Cerraba los ojos y ahí estaba. Cuando abrí el periódico y vi la foto sufrí un shock, había pasado la semana rodeada de glamour, primero en Londres Fashion Week y después en Madrid. No estaba preparada para aquello.
Llegué puntual al restaurante por lo que Gabi no pudo resistirse a bromear sobre mi aspecto, tan british. Mientras esperaba a las chicas, me tomé un manhattan y me fui relajando. Según iban llegando me hacían la misma pregunta: Qué dictaminaban Londres y Madrid para la primavera. De vulgaridades, no hablamos. London fashion week este año se ha celebrado en un entorno de distinción, lujo y glamour, Samerset House, un palacio del siglo XVI con vistas al Támesis y ha sido tan trendy, rompedora y extravagante como siempre. Vivianne Westwood, la gran dama de la moda británica a sus 80 años vistió la pasarela con shorts y minifaldas sexys y atrevidas llenas de rayas, lunares y rombos, en tonos suaves con un aire de mestizaje chic muy interesante. Matthew Williamson se decantó por los minivestidos, llenos de glamour, drapeados y vaporosos en tonos ácidos y fluorescentes; Luella nos devuelve al estilo pop sesentero, con tonos pastel y estampados de pequeñas flores y lunares, ideal para niñas bien, con vestidos entallados en cintura y con faldas tulipa, abriguitos de cuello bebé y línea A, chaquetas cortas que acentúan el carácter dulce e infantil de las niñas buenas y pantalones de talle alto, Christopher Kane eligió para su colección enormes cuadros de Vichy en pícaras faldas de tablas; los diseños de Basso & Brooke, especialmente sus faldas hiperfemeninas son alegres, llamativas, sofisticadas, futuristas. Geniales. Los colores pastel del rosa palo al aguamarina de los minivestidos y trench de Jonathan Saunders son puro chic y Duro Olown como siempre fue color, color y más color. Fantásticos sus chispeantes piratas. Eran más de las dos y no habíamos salido de Londres, Madrid nos esperaba pero yo no podía más. Cibeles tenía que esperar ¿Podrá perdonarme la diosa?
Llegué puntual al restaurante por lo que Gabi no pudo resistirse a bromear sobre mi aspecto, tan british. Mientras esperaba a las chicas, me tomé un manhattan y me fui relajando. Según iban llegando me hacían la misma pregunta: Qué dictaminaban Londres y Madrid para la primavera. De vulgaridades, no hablamos. London fashion week este año se ha celebrado en un entorno de distinción, lujo y glamour, Samerset House, un palacio del siglo XVI con vistas al Támesis y ha sido tan trendy, rompedora y extravagante como siempre. Vivianne Westwood, la gran dama de la moda británica a sus 80 años vistió la pasarela con shorts y minifaldas sexys y atrevidas llenas de rayas, lunares y rombos, en tonos suaves con un aire de mestizaje chic muy interesante. Matthew Williamson se decantó por los minivestidos, llenos de glamour, drapeados y vaporosos en tonos ácidos y fluorescentes; Luella nos devuelve al estilo pop sesentero, con tonos pastel y estampados de pequeñas flores y lunares, ideal para niñas bien, con vestidos entallados en cintura y con faldas tulipa, abriguitos de cuello bebé y línea A, chaquetas cortas que acentúan el carácter dulce e infantil de las niñas buenas y pantalones de talle alto, Christopher Kane eligió para su colección enormes cuadros de Vichy en pícaras faldas de tablas; los diseños de Basso & Brooke, especialmente sus faldas hiperfemeninas son alegres, llamativas, sofisticadas, futuristas. Geniales. Los colores pastel del rosa palo al aguamarina de los minivestidos y trench de Jonathan Saunders son puro chic y Duro Olown como siempre fue color, color y más color. Fantásticos sus chispeantes piratas. Eran más de las dos y no habíamos salido de Londres, Madrid nos esperaba pero yo no podía más. Cibeles tenía que esperar ¿Podrá perdonarme la diosa?
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