martes, 9 de junio de 2009

Aún sé lo que hicisteis el último verano

No me había dado cuenta de lo pálida que estoy hasta que el finde pasado me vi en bikini. ¡Qué horror! Como este año con tanto stress laboral no he podido tomar el sol parecía un merengue enfundado en un traje de baño. Normalmente en el mes de marzo empiezo a practicar en mi terracita, siempre sola, y al abrigo de miradas indiscretas o curiosas, mi deporte favorito, el “tumbing sun” que consiste, como su propio nombre indica, en tumbarme en una cómoda hamaca con la única compañía de mi música favorita, un manhattan y el imprescindible reloj, pues hay que controlar exactamente el tiempo de adoración al sol en cada postura, boca arriba, boca abajo y laterales para que el ejercicio tenga éxito y de esta manera cuando llego a la playa estoy ya morenísima. Siempre he huido de los autobronceadores pero este año los necesito, y las chicas, aunque no quieran reconocerlo, también. ¡Están de pálidas!. En dos o tres fines de semana en la playa cogemos color, pero mientras el moreno llega me he ido de compras y he hecho acopio de autobronceadores par las chicas y para mí. He comprado un montón de cremas. Para el rostro, los ojos, las piernas, el cuerpo, hasta un bronceador con efecto anticelulítico como la FP15 Aloe Vera, y otro con efecto reafirmante antienvejecimiento de Lancaster además del Dior Bronze Self Tanner Geleé para conseguir un bronceado gradual… Y, claro, tampoco podía faltar el aceite para masajes. Genial el de Argan de Yves Rocher, oro líquido con un alto poder antioxidante.
El viernes, Gabi, cuando me vio entrar, me dijo que estaba espectacular; que el moreno me sentaba de maravilla. Yo le guiñé un ojo y maliciosamente me reí. Las chicas, al verme, lanzaron una exclamación de sorpresa y entonces yo, abrí el bolso, saqué tres bolsas y le entregué una a cada una. Al tiempo que las abrían les fui revelando mi secreto para lucir tan estupenda. Me había aplicado Bronzing Powder tono refined golden que tiene un acabado perlado que imita el efecto del sol en frente, nariz, barbilla y mejillas, debajo y para luchar contra la edad me había dado Sunleyä Protection Solaire anti-âge y en el contorno de los ojos, para prevenir las arrugas e hidratar Eye Cream de Shiseido. En las piernas, como fondo de maquillaje me había aplicado un precioso dorado Glam bronzé de L’Oreal, y para conseguir un look húmeda y una apariencia brillante, Stick, de Michael Kors. El tono bronceado del cuerpo lo había conseguido con el Body Glow de Nass con extracto de chocolate y el aspecto aterciopelado con la leche corporal Ramo de Oro de L’Occitante con extracto de olivo. ¿Me perdonará el sol esta pequeña infidelidad?

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