lunes, 24 de marzo de 2008

El diablo se viste...

He pasado la semana en Madrid por imperativo laboral. El lunes comenzó Cibeles, y como no me lo podía perder, el domingo me fui a la Capital sin contarle nada a las chicas, así que, cuando hice la llamada a tres para decirles que teníamos que pasar nuestra reunión al sábado porque estaba en la pasarela, sólo conseguí frenar sus improperios, prometiéndoles tomar nota de todo y luego, previa invitación a cenar, contárselo detalladamente. Cuando llegué a la cita suponía que estarían impacientes, pero no tanto. Según entré, Gabi me colocó un manhattan y mis amigas me dijeron muy serias, que si quería su perdón incondicional se lo contase todo y pagase la cena que ya habían encargado, por supuesto, sin contar conmigo, o si no... Así que ante tan encantadora invitación les expliqué lo que había visto. ¡Por fin los diseñadores han decidido incluir junto al negro, colorido en sus colecciones! y en 2009 nos vestiremos de morado, lila, rojo, verde, fucsia, ... Los vestidos, son lo más fashion de la temporada, bien en estilo baby doll, divertidos y minimalistas los de Ágatha, o combinándolos con pantalones de pinzas como Carmen March, cuyas mangas simulan “la metamorfosis” de Kafka. Los vestidos años 70 de Lidya Delgado, con minifaldas extremas, muy Lolita, son perfectos para la primera cita, un sí pero no, y para ir a trabajar y poner en apuros al jefe nada como un vestido de Lemoniez en technicolor amarillo-violeta o naranja-amarillo, es súper atrevido; cuando tengamos que acudir a una reunión de ejecutivos la elección idónea es un elegante traje pantalón con capa de Kina Fernández, un chic Paisley de Javier Larraínzar o unos pantalones de talle alto de Ailanto, muy cosmopolitas de New York años 70, combinados con el toque cool retro del punto de Silvia Murt; sin olvidar las falda plisada de empollona de la clase de Juan Duyos, que les hará saber quién es quién.El café sabe mejor y el periódico resulta más interesante la mañana del domingo enfundada en unos leggin ultraceñidos de Alvarado o en unos tejanos cyborg de Miró. Los microshort para lucir piernas de Miriam Ocáriz y las minúsculas faldas vanguardistas y atrevidas de Amaya Arzuaga son un aperitivo diseñado para tomar el aperitivo. Las frías tardes invernales son más acurrucadas y mimosas con los pitillos monacales de Jesús del Pozo o los pantalones de cadera ultrafemeninos de Alma Aguilar y para una cena sexy imprescindibles los vestidos joya de Hanníbal Laguna, las faldas abullonadas de Miguel Palacio y las globo de Victorio y Lucchino combinadas con los escotazos drapeados de Larraínzar y los modernísimos abrigos de Ángel Schlesser. ¿Será que el colorín colorado del cuento ahora en vez de acabar empieza?

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