lunes, 24 de marzo de 2008

Perfume de mujer

Chicas: ¡Ya estamos en Navidades! Hola. Con estas seis palabras saludé el viernes a mis amigas cuando llegué al restaurante de siempre para reunirme con ellas y hablar de nuestras cosas. A Gabi, que en ese momento nos traía los manhattan con una tapilla de taquitos de jamón de jabugo, casi se le cae la bandeja y las niñas me corrigieron, muy sensatamente, con un argumento irrefutable: Las fechas (muy en la realidad temporal ellas). Me dijeron: “¡No! Hoy es 23 de Noviembre no de Diciembre. Queda un mes para las Navidades”. Así que ante tanta racionalidad me vi obligada, mientras cenábamos, a explicarles mi teoría sobre el inicio de las fiestas. Gabi, entre plato y plato, conseguía escaparse hasta nuestra mesa para seguir mi tesis.
Oficialmente las Navidades comienzan el veintidós de Diciembre con el atractivo calvo de la tele repartiendo suerte envuelta en gotas de nieve, unos días antes y oficiosamente, los publicistas nos acribillan con los turrones, las burbujas doradas del cava y los últimos juguetes. Para esas fechas ya tenemos a toda Huelva envuelta en guirnaldas de luces, serpentinas de colores, villancicos callejeros y un gran árbol navideño, pero las fiestas han comenzado tiempo ha. Su inicio efectivo lo determinan los elegantes y mágicos anuncios del regalo más chic de la Navidad: Los perfumes; y ya hace mucho que olemos la esencia de Pascua. Después de mi enfática perorata tanto Gabi como las chicas no tuvieron más remedio que rendirse ante la evidencia y aceptar que ya estamos en Navidades y por tanto es tiempo de colonias, perfumes y esencias.
Chanel número 5 un año más nos invita a convertirnos en sensuales Marilyn disfrazadas de Caperucita; Ninna nos ofrece la hechicera manzana de la tentación firmada por Ricci, mientras Sarah Jessica Parker roba, embrujada por Covet, en un acto de refinadísima desesperación. Nos dejaremos envolver por el Aire sutil de Loewe y de la mano de Yvest Saint Laurent volaremos hacia el lujo y el romanticismo de París. Nuevamente, el exotismo oriental de Opium nos conquista; jugaremos peligrosamente con el inquietante veneno de Poisson para conseguir una romántica cena a la luz de las velas con el embriagador Rose Esentielle de Bulgari y terminaremos la noche con la pasión de Amor, Amor de Cacharel; para relajarnos tras tanto ajetreo nada como un fresco baño de Eau de Rosas de Rochas. El paseo matutino con el olor a lluvia mojada de Agua de Rocío de Victorio y Lucchino es reconfortante y no me puedo imaginar nada más sugestivo que una tarde buscando el tesoro oculto, impregnada por el dulce Tresor de Lancome. Cada mujer un perfume, cada perfume un mundo, cada mundo una mujer pero... ¿Alguien sabe cuántas mujeres caben en cada una de nosotras?

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